sábado, 21 de enero de 2017

EL DOLOR Y LA DESGRACIA

EL DOLOR Y LA DESGRACIA
…otra forma de amor implícito a Dios.

Hay un sufrimiento extremo que se transforma en el gran enigma de la vida y, precisamente, en este enigma es donde encontramos la iluminación más intensa de la verdad. La máxima verdad sobre la condición humana se encuentra en ese lugar vacío en que se manifiesta lo que realmente somos, cuando desaparece todo lo que creíamos ser, es decir, cuando las circunstancias nos han privado de todo aquello que nos parecía parte de nosotros.
«En este mundo sólo los seres caídos en el último grado de la humillación, muy por debajo de la mendicidad, no sólo sin consideración social, sino mirados por todos como desprovistos de la primera dignidad humana, la razón, sólo ellos tienen de hecho la posibilidad de decir la verdad. Todos los otros mienten».
Por eso Cristo es la llave del conocimiento, entre otras muchísimas cosas…, el que nos muestra que la justicia es la eterna fugitiva del campo de los vencedores.
¿El único bien posible?... «quizá el instante de la muerte, norma y finalidad de la vida… el instante en el que, durante una fracción infinitesimal de tiempo, la verdad pura, desnuda, cierta, eterna, entra dentro del alma».

(Simone Weil & Cía.)

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